En este capítulo, Bastián se queda en el palacio del león del desierto durante un tiempo. Este descubre que Graógraman no ha muerto, si no que solo vive durante el día, y con él, el desierto.
Bastián tiene intención de quedarse allí para siempre, pero el león se niega y le dice que lo que él necesita es encontrar su verdadera voluntad, que para ello debe atravesar el Templo de las Mil puertas, y que la entrada podría ser cualquiera de Fantasía.
Ve que la puerta del palacio del león resplandece, por lo que intuye que es una señal, y que esa es la puerta del Templo, Así que decide entrar y despedirse de Graógraman, pues se habían hecho grandes amigos, pero este está petrificado.
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